Rostro alegre, mirada profunda, corazón que acompaña

Otro mundo es posible. Intentémoslo.
Si queremos al ser humano, apostemos por él.
Si queremos y creemos en la educación como una forma de cambio en el mundo, hagamos de nuestro Colegio la plataforma perfecta.

Estamos convencidos de que se aprende lo que el otro hace convencido de ello, lo que es un testimonio para nosotros.

El LEMA de este año nos propone vivir y educar con el Corazón de Don Bosco.
De nosotros depende mejorar el mundo, lo que nos rodea, nuestro colegio, nuestra familia, nuestras relaciones, a nosotros mismos. Lo que hagamos ahora será fruto de todo lo aprendido, de todas aquellas personas, instituciones, grupos... que apuestan, que ponen su rostro alegre, su mirada profunda y su corazón que acompaña.


… con el Corazón de Don Bosco…

Un corazón, una vida, una historia, un nombre y apellido con una realidad concreta, una vivencia. Un corazón con un matiz concreto y especial, un corazón salesiano, inflamado en el amor a Dios y también a los hermanos. Que ama con locura y profundamente.
Y con una misión concreta que viene marcada por ese corazón, que está traspasada por una realidad concreta donde vivimos, en un mundo concreto que está sufriendo, llorando y gozando con la situación que le toca vivir.

“Dios traspasó mi corazón, su amor transformó mi vida” San Agustín

Para poder conseguir todo esto, nos aprovecharemos de unos cuentos que iremos saboreando cada mes y que nos ayudarán a descubrir esa gran misión que tenemos en la vida.